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domingo, 15 de mayo de 2011

"John, ha llegado el momento. Aquí están todos estos años de sufrimiento, de miedo. Yo voy a hacerlo. Tú decides lo que quieras"

Podio de Mexico 68
(PARTE III)


Se encontraban los tres corredores en el camino subterráneo , nerviosos y “con el corazón palpitante” caminando hasta la tribuna en donde se les iba a coronar por su carrera, pero a condenar por su hazaña.
La mujer de John Carlos había comprado antes de México unos guantes de color negro. Algo estaba previsto para durante los Juegos aunque no tenían claro para qué.
Los tres mostraban en el pecho una pegatina en el pecho del OPHR que contestaba la discriminación racial.
El 16 de octubre de 1968 con los tres en el podio, Tommie Smith y John Carlos, oro y bronce, agacharon la cabeza en cuanto sonó la primera nota del himno norteamericano y levantaron el puño enfundado en un guante negro ante 100.000 espectadores en el estadio. ¿Cuál era esa imagen? ¿Qué gesto era el que estaban representando? ¿Tal vez era una forma de festejar su victoria?
¡No! No estaban celebrando las medallas sino que reivindicaban los derechos de la raza negra y denunciaban la política de su país..
Se terminó el himno y comenzó a cambiarles la vida. Ese gesto que habían hecho en la ceremonia de premiación era el que identificaba al “Black Power”. Insultos, amenazas, recriminaciones públicas, gritos racistas. Fueron expulsados por el COI (Comité Olímpico Internacional) de los Juegos: “Es una deliberada y violenta infracción de los principios del espíritu olímpico” sentenció el Comité.
Su acción reivindicativa pro derechos humanos de los negros acababa de mostrarse en público y su particular calvario también. Ese “gesto silencioso” en el podio, 4 meses después del asesinato de Luther King, emblema de lucha por la igualdad racial, convulsionó al mundo en los Juegos Olímpicos de México. Había cambiado la vida de Tommie Smith, la de sus compañeros y comenzaba una batalla para derribar los obstáculos que separan a las razas.
Una imagen que pasó a la historia en donde el atleta hizo algo por despertar el compromiso del mundo entero y que éste tardó en valorar y entender.
35 años después, la Universidad de San José les dedicó un homenaje: una estatura con el podio.

Estatua en la Universidad de San José, EEUU


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